Como dice mi maestro al inicio de la práctica, "si cuando estás meditando, tienes algún pensamiento o emoción, sin albergar ningún tipo de resentimiento, vuelve a poner la atención en la respiración, y así tantas veces como sea necesario."
Y en 1 hora pueden ser muuuchas veces.
Es una de las técnicas más potentes que he conocido. Con ella, practicas estar en equilibrio, manteniéndote concentrado en la respiración, a pesar del "ruido interior". Implica estar conectado contigo mismo, aunque te vengan pensamientos o emociones (sean agradables o desagradables). Si puedo mantenerme sentada y respirando cuando esto ocurre dentro de mí, es más probable que también lo pueda hacer cuando haya turbulencias en el exterior.
Al "dejar la mente estar" mientras hago el ejercicio, permito dejar que el cerebro haga labores de mantenimiento de manera natural. Los mecanismos naturales de limpieza y restitución internos, llevan miles de años evolucionando para ser exquisitamente perfectos.
Hay muchas cosas maravillosas que ocurren cuando dejamos nuestra mente libre. A veces, las grandes ideas aparecen en periodos de descanso, o lúdicos, o en conversaciones banales. Incluso las soluciones a problemas a veces ocurren hablando de otra cosa, de pronto tienes un flash y... eureka!
Nuestra cultura valora mucho ser productivo y estar muy ocupado, parece que está mal visto pararse y atender nuestras necesidades, o sencillamente pararse. Los niños actualmente hacen jornadas maratonianas de actividades dirigidas, tanto dentro, como fuera con las extraescolares. Sin embargo, tanto el aburrimiento como el juego espontáneo son fundamentales para su desarrollo cognitivo y creativo.
Parece que adquirir más y más información es lo importante. Es necesario que la acción o la incorporación de conocimiento vayan acompañadas de periodos de inactividad. Cuando estamos aprendiendo algo o con un proyecto entre manos hay que ir parando, es como cuando comes: dejar que el cuerpo digiera, dando al organismo un tiempo necesario sin comer para que pueda asimilar lo ingerido; tras lo cual, horas más tarde estará capacitado para una nueva ingesta. Llenar y luego vaciar, de ahí medios como la meditación o el ayuno. En este último caso, dejas que el sistema digestivo deje de trabajar y ahí es cuando pasan a ser importantes las labores de limpieza, desintoxicación y mantenimiento naturales.
Es necesario crear espacios que permitan vaciar, para dejar que el sistema cuerpo- mente se recupere solo. Vaciar es tan importante como llenar. En sentido real y metafórico.
Por ello, y aunque a veces meditemos como en la animación (a lo loco), merece la pena tener paciencia, perseverar a pesar del ruido interior y exterior. Es un medio, en definitiva, para volver conectar con nosotros, ser mas resiliente a la exigencias externas y volver al equilibrio natural.