Tal y como describe su editorial:
"A todos nos gustaría que nuestra vida fuese un verano perpetuo: vacaciones junto a la pareja, familia o amigos, diversión y placer. Pero en nuestra vida, al igual que en la Naturaleza, el cambio es constante y lo que nos parecía seguro, cualquier mañana deja de serlo.
Le tememos al cambio, lo vemos como una amenaza a nuestro bienestar personal. Creemos que debemos evitarlo a toda costa. Sin embargo, el cambio es un acontecimiento natural y podemos convertirlo en un don que nos permita avanzar en nuestro desarrollo personal. E incluso mejorar nuestra vida familiar e íntima. Aceptémoslo al igual que lo vemos suceder en la Naturaleza cada año.
(...) Todas las personas tenemos en nuestro interior la fuerza para realizar los cambios que son necesarios para nuestro desarrollo vital. Si utilizamos como metáfora las estaciones aprenderemos a enfrentarnos a los cambios de forma más fácil y armoniosa"
De esta forma, Carol McClelland utiliza las estaciones del año como rica metáfora del momento de cambio que estás viviendo actualmente. "Siguiendo el ritmo de las estaciones, notamos los primeros avisos del cambio que está por llegar. Es el Otoño. Enfrentados a una nueva situación o reto, nos retiramos a nuestro interior para reflexionar. Estamos en Invierno. Pasado un cierto tiempo, encontramos un camino, elaboramos un plan y lo ponemos en acción. Llega la Primavera y con ella se renueva la esperanza. Al avanzar más en nuestro camino, recogeremos, en un metafórico verano, los frutos de nuestra labor".
Así, cada estación es un momento del ciclo del cambio. En cada una de ellas, hace mención a los signos que indican que estás entrando en una estación en concreto. A su vez, expone qué tareas son necesarias para atravesar ese período, así como qué distracciones deberíamos evitar para poder avanzar a la siguiente estación hasta completar el ciclo.
Nos hace propuestas muy creativas para conectar con nuestro interior, para cuidarnos y ser constructivos en todo el recorrido.
Hace 15 años me leí este libro por primera vez, años después lo doné a la biblioteca pública pero me lo tuve que volver a comprar de nuevo porque para mí siguen estando vigentes sus enseñanzas y lo echaba de menos. Así que puede que alguno que viva en Barcelona, si lo saca de la biblioteca, se encuentre con el ejemplar que me compré por primera vez.
¡Espero que os sirva en vuestro viaje personal! :)