Aunque no nos guste mucho reconocerlo, las críticas nos afectan y, hay veces que mucho. Después de una crítica, es habitual sentirnos dolidos, atacados o desmotivados. ¿Y cuando nos autocriticamos? A veces podemos ser nuestros peores enemigos. Para comprender qué nos pasa a nivel psicofisiológico, os paso éste vídeo (La Buena Vida, El País), donde veréis cómo la crítica mucho más potente que el halago.
- Usa la Técnica del Sandwich para hacer una crítica:
. Un sandwich consiste en 3 elementos: 2 panes, y- entre ellos- una loncha de jamón.
. Vamos a hacer el sandwich poniendo el primer pan (que será algo positivo), luego el jamoncito (que será la crítica) y acabaremos poniendo el 2º pan (que va a ser algo positivo de nuevo).
. Por ejemplo: Mamá, eres muy generosa, estás siempre pendiente de prepararme mis comidas favoritas. (Pan 1). Como sabes, ahora he empezado un régimen y necesito ceñirme a las pautas del dietista, por ello me gustaría que, en vez de prepararme el banquete de hoy, siguieras las pautas que te pasé el otro día para no saltarme la dieta. (Jamoncito) Eres tan buena cocinera que seguro que disfrutaré igualmente de tus platos. (Pan 2).
- Averigua la intención positiva de tu interlocutor (si la hay ;) no siempre el que tenemos delante es un crack en comunicación, por eso, antes de echar pestes por lo que nos ha dicho, conviene hacer preguntas para averiguar su intención. Lo mismo cuando nos autocriticamos.
Por ejemplo, María se dice a sí misma" soy un desastre, me he vuelto a quedar dormida y no me va a dar tiempo para estudiar". Si le pregunto ¿Cuál es tu intención positiva? "Ser más responsable y disciplinada". La primera expresión no le es muy útil y hiere su autoestima; la segunda le conecta con sus valores y le orienta a lo que quiere conseguir.
- Cuando hagas una crítica evita el "eres..." y pasa a ceñirte a la conducta o situación en concreto que deseas que cambie .
Por ejemplo, en vez de "eres un impresentable", una propuesta sería "las 2 últimas veces que hemos quedado has llegado 45 minutos tarde". Aquí no atacas su forma de ser, sino que tratas de centrarte en una acción y eres descriptivo. La manera de ser no se puede cambiar; las conductas, sí.
- Aunque es muy tentador culpar a los demás por cómo nos sentimos, asumir la responsabilidad de nuestros sentimientos, nos devuelve nuestro poder e impide que tengamos la percepción que estamos a merced de los otros.
En lugar de decir "me has hecho daño", puedo decir "me siento dolida por...". Aquí soy dueña de mis sentimientos y soy yo la que los gestiono, a la vez, el otro no se siente atacado por el comentario. Por otro lado, es el primer paso para descubrir la necesidad no satisfecha que hay detrás de mis sentimientos. "Me siento dolida porque no me has prestado atención cuando te explicaba el problema con mi jefe. Necesito explicar a alguien de confianza lo que ha pasado...".
Como veis, las críticas pueden ser una valiosa oportunidad para mejorar. No siempre puedes aprovechar todo lo que te exponen, pero trata de filtrar y quedarte con aquello que te resulte útil y constructivo.
Un abrazo y hasta pronto! ;)