- evitar estar en una situación (Por ejemplo. “yo lo que quiero es no tener problemas con la pareja”),
- Planteas lo que NO quieres. “Yo NO quiero estar nerviosa”
- Te planteas un objetivo porque así evitarás una consecuencia: “quiero tener hijos para que me cuiden de mayor”
- O, como en la foto, te planteas el objetivo de luchar contra lo que quieres dejar atrás, con lo viejo, en lugar de concentrarte en qué quieres conseguir. Una frase podría ser “yo quiero abandonar esta vida tan aburrida”.
Todas éstas son formas de desviarnos del camino y perder energía. La clave consiste en enfocarnos en:
- Lo que sí queremos, deseamos, o necesitamos
- Formulado en positivo (es decir, eliminar de la frase cualquier NO, o cualquier estado o situación que deseemos evitar o que tratemos de superar).
Veamos los ejemplos anteriores:
- Frase: “yo lo que quiero es evitar tener problemas con la pareja” . Sé lo que no quiere. La cuestión es que si te quedas aquí, te centras en la esfera de “evitar tener problemas”. Hay que dar un paso más. Pero yo todavía no sé lo que quiere (e igual la misma persona tampoco). Si le preguntase, y le pidiese que me formulase qué SÍ quiere, podría decir: “yo lo que quiero es quedar con mis amigos una vez por semana y que mi pareja pueda comprender lo importante que es para mí cultivar mis amistades.”
- Frase “Yo no quiero estar nerviosa”, dicho en positivo: “yo quiero estar tranquila” (fíjate que cuando aludes a “estar nerviosa, tu cerebro, para comprender el significado de la frase tiene que acceder a la experiencia interior de estar nerviosa. Cuando nos decimos “quiero estar tranquila” tu cerebro accede a la experiencia interna de estar tranquila. La formulación, la representación interna que me hago del objetivo y la meta están alineados). Es una forma de coherencia interna.
- “Quiero tener hijos para que me cuiden de mayor, así no estaré solo”. Podría ser: “me gustaría tener una vejez con una gran red de apoyo”
- “Yo quiero abandonar esta vida tan aburrida”, frente a “quiero empezar a hacer deporte y conocer gente que me resulte estimulante. También me gustaría viajar más.”
Éstos objetivos luego habría que madurarlos, concretarlos, ver qué acciones seguir para alcanzarlos, pero el primer esbozo ya lo tendríamos bien orientado.
O sea, la clave es preguntarse, ¿qué objetivos tengo en mente? ¿cómo los he formulado?. Tener conciencia de qué quiero y cómo formulo el objetivo es el paso previo antes de ponerse en marcha y desarrollar el proceso para alcanzar el objetivo.
Espero que éste apunte os haya sido de utilidad. Un abrazo y hasta pronto!! ;)